Sin lugar a dudas, el hecho de incorporar el cine a los procesos de enseñanza como herramientas de apoyo permitirá movilizar en los estudiantes procesos cognitivos de orden superior, donde se desarrollarían competencias en la argumentación, el pensamiento crítico, analítico y reflexivo, además de potenciar estilos de aprendizaje.
Sin embargo, como lo describe Buckingham, D. (2008) los medios de la información y comunicación no garantizan en sí mismos fundamentos pedagógicos o didácticos para la enseñanza; además de los medios, se requiere de un maestro alfabetizado digitalmente, lo que significa el estar preparado para hacer uso (alfabetización funcional) de los medios y tener claridad conceptual sobre éstos, de tal manera que se adquieran elementos sólidos para hacer una valoración crítica de la información (alfabetización critica) que se recibe y una reflexión permanente sobre la utilización de los mismos tanto en los contextos educativos como fuera de ellos.
Por tanto, la enseñanza mediada por las TIC requiere de un docente que, utilice estrategias didácticas en clase, propuestas llamativas e interesantes, donde no se limite al estudiante a ver una película y ya, sino que pueda complementarse con otras actividades educativas como síntesis, argumentaciones, debates guiados, exposiciones, ensayos, discusiones grupales, paneles, entre otros, además, el docente debe ser reflexivo de sus propias prácticas que conlleve a los estudiantes como lo plantean Cuadrado, I. y Fernández, I. (2009) a construir conocimiento e innovar nuevas herramientas que apunten a la transformación social y educativa.
